Sistema sanitario y humanidad

Ramón Hernàndez,

Mi hijo se fue de campamento ayer. Él tiene seis años y está terminando el nivel inicial de educación. El estuvo super emocionado con ir al campamento. A las doce y media de la noche nos llamaron para irlo a buscar porque estaba llorando y quería dormir en casa. Mi marido se levantó, lo trajo y yo lo abrace fuerte fuerte y le di muchísimos mimos y le confirmé bajito al oído lo maravilloso que él es.

Ustedes pueden creer que mi hijo tuvo un fracaso estrepitoso en esto de quedarse a dormir a fuera de casa. Quizás piensen que mi hijo no ha logrado autonomía. Quizás señalen que está muy apegado a su madre y su padre. Hasta lleguen a decir que soy una madre horrorosa porque luego de esto además le señalo a él lo fuerte y resiliente que es. Bueno... usted no podría estar más equivocado.
Mi hijo es definitivamente una de las personas más fuertes que conozco aunque pida por volver a casa la noche del campamento. Lo que pasa es que mi hijo hace menos de dos meses tuvo que pasar  dos noches en una terapia intensiva pediatrica. Y la primer noche no nos dejaron dormir con él. Y lo ataron. Y el estaba sumamente lúcido porque era solo una noche de observación. Y querían ponerle pañales y el se negó porque ya no es más un bebé. Y se durmió llorando de cansancio pidiendo por su mamá y su papá. Y entonces después de ese pasar por este sistema de salud, que no cuida el aspecto emocional y espiritual.de una persona sino que concibe la.enfermedad como algo únicamente a atender desde lo biológico, mi hijo tiene todavía cierto temor a dormir lejos de su casa. Y  entonces cuando él pide para volver a su casa, llorando bajito para no despertar a sus amiguitos que duermen en el campamento al lado suyo, yo lo abrazo y lo felicito profundamente.  Porque sé que mi hijo es más fuerte que muchos adultos, es más resiliente de lo que cualquiera puede imaginar y es mucho más valiente de lo que una personita de seis años puede ser frente al sistema de salud imperante. 

Ojalá llegue el día en que las terapias intensivas pediatricas en todos los hospitales y sanatorios den  la posibilidad a los bebés y los niños que deban transitarlas de estar acompañados todo el tiempo que sea necesario por una cara familiar a su lado. Porque curar a una persona no sólo es atenderle el cuerpo sino también cuidarle el alma

María Marta Bertone

Comentarios

Es mi nieto. Me duelen su dolor y el de sus padres. Se que podrá superarlo porque está dotado de una energía vital excepcional y de un apoyo familiar incondicional. Siento una enorme indignación ante una situación traumática absolutamente evitable en una institución de salud. Tuvimos otra experiencia de unidad de terapia intensiva infantil, donde aún la mayor gravedad del estado de los niños, se atiende en condiciones que favorecen la compañía de los padres ¡No es magia! Porque estoy segura de que no responde sólo a una concepción de salud. Como en tantas cosas el interés económico está presente en el ahorro de espacio, instalaciones y personal. Otro ingrediente de mi indignación: hay Psicólogos en la institución ¿miran para otro lado? ¿sólo intervienen para atender las consecuencia en su consulta? ¿Cuántos otros actores hay que miran para otro lado? ¿No será posible promover un cambio?


- 28 de Octubre de 2015 a las 02:19

Qué bueno Rosana que mires desde su punto de vista, la autonomía se construye y no se mide solo por estas pequeñas variables. Dandole amor a este niño tendrás un adulto seguro y confiando de sí mismo.


- 26 de Octubre de 2015 a las 11:09

Esta concepción de salud tiene que cambiar!


- 26 de Octubre de 2015 a las 11:07

No sabes que identificada me siento en tus palabras!! Mi niña, con 8 años sigue durmiendo con nosotros. No se trata de algo por ser muy mimosa, o porque nosotros necesitemos tenerla pegada a nuestras faldas, es una NECESIDAD para ella. No puede ni hablar del tema de dormir sola sin vomitar. El porque lo entendimos gracias aa psicóloga ala que vamos desde hace un año. Empezó las terapias muy pequeñita, entraba ella sola y se pasaba todo el rato llorando. A veces una hora seguida gritando sin parar. Sin duda algo bueno en la parte física porque se consiguieron grandes avances, pero en la parte emocional, sin duda algo falla. Tienes un gran hijo Maria, y tu eres una gran madre. Quien lo dude en porque no está en tus zapatos. Gracias por tus buenos consejos. Un fuerte abrazo.


- 25 de Octubre de 2015 a las 10:43

Se me han puesto los pelos de punta, pobre niño! Seamos más sensibles por favor! Lo que debió pasar aquella noche....


- 25 de Octubre de 2015 a las 07:43

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